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Qué es el TDAH

¿Qué es el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA-H) ,es un trastorno neuro-biológico y del neurodesarrollo, pudiendo persistir en  la  vida  adulta.
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Síntomas

El TDA-H se caracteriza por; Déficit de Atención, Hiperactividad e Impulsividad. Debiendo mantenerse los mismos más de 6 meses y en 2 ambitos distintos.
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Comorbilidades

El término Comorbilidad, hace referencia a la presentación en un mismo individuo de dos o más enfermedades o trastornos distintos.
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Diagnóstico

Un correcto y preciso diagnóstico diferencial, evaluará a nivel médico, psicológico y pedagógico,  las condiciones , capacidades y nivel de aprendizaje.
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¿Cuál es su Tratamiento?

Actualmente existen distintos procesos de intervención, siendo el tratamiento multimodal el que aporta mayor efectividad y resultados.
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Tipo de Fármacos

Existen varios tipos de mediaciones disponibles en la actualidad que ayudan a los niños/as con TDAH. Es necesario saber que la medicación es segura.
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Evolución del TDAH

De no estar correctamente diagnósticados y tratados, las etapas de la vida en las personas con TDAH, demuestran  el continuo deterioro al que están sometidas .
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Aspectos positivos

Adecuadamente reconducidas, las personas con TDAH tienen un gran potencial personal y profesional que no se puede cuestionar.
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Mitos y Falsedades

Si hay una patología de la salud mental que soporta un gran número de prejuicios, esa es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
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Análisis, entrevistas, testimonios, datos y otros contenidos sobre el TDAH

¿ Qué es el TDAH ?

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA-H) ,es un trastorno neuro-biológico y del neurodesarrollo que se diagnostica en la infancia, pudiendo persistir en  la  vida  adulta.
El TDA-H es uno de los trastornos más estudiado en la Psiquiatría Infanto-juvenil, afectando desde edades tempranas el desarrollo cognitivo y conductual de las personas que lo padecen.

La Comunidad Científica al igual que la Guía de Prácticas Clínicas del Ministerio de Sanidad Español, indican que en base a numerosos estudios clínicos llevados a cabo durante decenas de años, de la existencia de una disfunción de los neurotransmisores encargados de la atención ( déficit de atención ), el control de la actividad motora ( hiperactividad ) y el control de las emociones (impulsividad).
Esta alteración, se debe entre otras cosas a una incorrecta producción de dos sustancias llamadas ; dopamina y noradrenalina.

El trastorno según los estudios realizados, no tiene una causa única que pueda provocar éste déficit en las personas que lo sufren, siendo los factores biológicos los más frecuentes con una muy elevada tasa de ser hereditarios. Según los historiales familiares estudiados, la probabilidad de heredarlo si uno de los progenitores tiene TDAH, alcanza un riesgo de entre un 60% a un 90%.

La exposición a determinadas sustancias nocivas como; fumar, beber alcohol o tomar otras drogas durante el periodo prenatal, perinatal y postnatal, conlleva un importante porcentaje de provocar éste déficit en los más pequeños. De igual forma, los embarazos o partos complicados, el bajo peso al nacer o los niños prematuros, tienen mayor riesgo de sufrir el trastorno.
Por otra parte, los factores psicosociales también son muy relevantes en el origen y desarrollo del mismo, siendo los más comunes ; hogares desestructurados, ambientes de pobreza, exclusión social o violencia entre otros.


Sintomatología

La Síntomatología del TDA-H, está descrita tanto en el Manual de Diagnósticos y Trastornos Mentales de la Sociedad Americana (DSM V), así como en la Clasificación de Trastornos Mentales y del Comportamiento (CIE 10) de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.)

Se establece en los mismos, que la característica esencial del Trastorno, es un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad - impulsividad, que es más frecuente y grave que el observado habitualmente, en personas con un desarrollo similar.
Deben mantenerse sus síntomas con más intensidad y persistencia de lo habitual, durante más de seis meses continuados y en más de dos ámbitos distintos a la vez, por ejemplo : en la casa y en el colegio.

Los síntomas que caracterizan ésta patología crónica, son los siguientes :
  • Déficit de Atención
  • Hiperactividad
  • Impulsividad
Existiendo 3 subgrupos de TDAH :
  • Subgrupo Inatento:  Donde prevalece la Inatención
  • Subgrupo Hiperactivo-Impulsivo:  Donde prevalece la Hiperactividad-Impulsividad
  • Subgrupo Combinado:  Que combina la presencia de prácticamente todos los síntomas de los dos anteriores subgrupos.
Déficit de Atención
  • Olvidadizo en las actividades y tareas diarias
  • No parece escuchar cuando se le habla
  • Dificultad para mantener la atención
  • Dificultad para organizarse
  • No atiende detalles , comete excesivos errores por descuido
  • Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad
  • No tiene noción del tiempo
  • Dificultad para priorizar tareas, actividades
  • Excesivamente imaginativo o fantasioso
  • Se distrae fácilmente con cualquier estímulo externo
  • Olvidadizo en las actividades diarias
  • No sigue las instrucciones , no termina las tareas
Impulsividad
  • Responde antes de finalizar la pregunta
  • Muy impacientes, lo que quieren lo quieren ya !!!
  • Dificultad para guardar su turno, física o verbalmente
  • Se resiste a las normas o disciplina
  • Interrumpe constantemente
  • Molesta a menudo a sus compañeros, hermanos etc.... , son peleones
  • No tienen sentido del peligro, se enfrascan en actividades o tareas peligrosas
  • Actúan antes de pensar, no reflexionan las consecuencias
  • Baja tolerancia a la frustración, mal perder, no tienen sentido de las reglas del juego limpio
  • Hablan excesivamente con tono de voz fuerte
  • Hipersensibles, aprensivos, muy susceptibles
  • Bruscos cambios de humor sin motivos aparentes
  • Dificultad para mantener las amistades, a menudo es rechazado por sus comportamientos
  • Baja autoestima
Hiperactividad
  • Mueve en exceso pies o manos
  • Inquietud constante, se mueve en el asiento
  • Se les caen las cosas de las manos a menudo, tropiezan constantemente
  • Se levanta del asiento cuando debería estar sentado
  • Corre o salta en situaciones que es inapropiado hacerlo
  • No para quieto como si tuviese un motor, excitado a menudo
  • Se caen a menudo, suelen tener más accidentes de lo normal
  • Habla excesivamente, verborrea
  • Dificultad para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio
  • Dificultad para retomar la tranquilidad cuando están excitados jugando


Comorbilidades

La comorbilidad en psiquiatría infantil y del adolescente es muy frecuente. El término Comorbilidad, hace referencia a la presentación en un mismo individuo de dos o más enfermedades o trastornos distintos. Estos trastornos son lo que llamamos trastornos comórbidos.

Conviene diferenciar entre comorbilidad y rasgos asociados o síntomas asociados, aunque también a veces la comorbilidad es una consecuencia del propio TDAH.

Una detección no precoz o un mal tratamiento, puede complicar el diagnóstico, siendo más difícil saber cuáles son los síntomas principales, cuales son causados por un trastorno o por otro, y cuál es el trastorno principal.

Otros factores asociados al aumento de Comorbilidad en el TDAH, pueden ser:
  • diagnóstico tardío
  • bajo coeficiente intelectual (CI)
  • bajo nivel educativo y cultural
  • trastornos específicos del aprendizaje
  • TDAH combinado grave y de larga evolución, presencia de antecedentes familiares con TDAH, trastorno bipolar y/o depresión, etc ...

Estas circunstancias entre otras, pueden empeorar la evolución y disminuir la respuesta al tratamiento. Es importante tener en cuenta que sólo podemos hablar de trastorno, cuando las manifestaciones de éste se presentan con mayor frecuencia que las observadas en niños de su edad, y con su mismo grado de desarrollo.

Por consiguiente, es muy importante una detección temprana para disminuir el riesgo de aparición de estas comorbilidades. Sin embargo, es imprescindible acudir a profesionales especializados, que puedan evaluar correctamente los síntomas e instaurar unos adecuados y eficaces tratamientos.
Comorbilidades más frecuentes en niños y adolescentes

* A pesar de que los criterios diagnósticos actuales no permiten el diagnóstico del TDAH en niños y adolescentes con trastornos generalizados del desarrollo, un número significativo de estos pacientes presentan también sintomatología compatible con TDAH que precisa evaluación y tratamiento específico.


Fuente :
Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en niños y adolescentes.
Tdahytu.es


Diagnóstico

La detección temprana, además de un preciso y correcto diagnóstico, podrá permitir disminuir la sintomatología mediante una adecuada intervención especializada, así como prevenir complicaciones en la evolución del niño o niña.

Generalmente la voz de alarma proviene de los colegios en los primeros años de escolarización.
Esto se debe, a que en el comienzo de ésta etapa escolar, estos niños tiene un gran dificultad para atender a las demadas del Sistema Educativo: sostener la atención o estarse quietos entre otros.

Los profesores por el gran número de horas que pasan con los niños, son un elemento clave para detectar e informar sobre las contínuas e inadecuadas conductas y/o faltas de atención que presentan estos chicos o chicas. Es entonces y con los primeros indicios, cuando se debe acudir a los profesionales clínicos.

Para un preciso diagnóstico diferencial, éste debe ser evaluado a nivel médico, psicológico y pedagógico, para que de manera multimodal se determinen las condiciones físicas del niño, su estado emocional, sus capacidades y su nivel de aprendizaje. Con todo esto se podrá descartar que las dificultades de comportamiento o/y rendimiento escolar, se deban a otras causas distintas del TDAH.

 En los diagnosticos, es muy importante que tanto los padres como los profesores, aporten a los profesionales de toda la información posible con los diferentes instrumentos diagnósticos, como cuestionarios, entrevistas clínicas y pruebas al propio niño, contemplando la posibilidad de observar directamente al niño en la misma escuela.

Es importante que los padres respondan con sinceridad y sin ocultar nada en las entrevistas, dejando al margen sus opiniones sobre lo que es importante para ellos o negar posibles respuestas esenciales sobre antecedentes familiares u otros.
Actualmente no existen pruebas biológicas que establezcan el diagnóstico, éste se establece por criterio clínico, pero los instrumentos de evaluación complementan y aportan información fundamental para el profesional que debe establecer el diagnóstico.


Tratamiento

El tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, se basará en el programa diseñado por los profesionales especializados, contemplando factores como edad, sexo, factores externos como los sociales y familiares así como las características propias diagnosticadas del afectado.

Actualmente existen distintos procesos de intervención, siendo el tratamiento multimodal el que aporta mayor efectividad y resultados. Éste coordina el trabajo conjunto de médicos, psicólogos, pedagogos y logopedas en casos necesarios, padres o familiares y profesores. Con éste trabajo simultáneo, se abordan y refuerzan aspectos de tipo:

  • Psicológico y pedagógico para el afectado ( cognitivo - conductual - emocional - social )
  • Capacitación y formación para los padres ( psicoeducación )
  • Farmacológico en caso necesario y siempre bajo supervisión médica
Tratamiento Psicológico o Psicopedagógico para el afectado
Estas intervenciones terapéuticas están dirigidas al tratamiento cognitivo y conductual del afectado, donde éste aprende gradualmente a identificar y cambiar sus propios patrones negativos del pensamiento, como son los destructivos, los perturbadores y/o los de inatención.

Durante éste aprendizaje, las personas con TDAH adquieren determinadas técnicas y habilidades en otras necesidades, que les ayudarán a:
  • Controlar y disminuir sus propias conductas inadaptadas
  • Mejorar y reforzar la atención sostenida, la organización entre otros
  • Controlar y disminuir la hiperactividad y/o impulsividad
  • Comprender que sus acciones molestan a los demás y evitar razonadamente generarlas
  • Mejorar las funciones ejecutivas más afectadas y reforzar sus capacidades
  • Habilidades sociales
  • Reforzar la autoestima, motivación y el control de las emociones
  • y otras que requieran éstas personas en función de sus características y necesidades

Capacitación y formación de los padres   ( psicoeducación )
Los padres, familiares y educadores tienen un papel muy importante y condicionante en el tratamiento del afectado. La psicoeducación les aporta una completa y detallada información sobre el TDAH, las características propias del trastorno así como las que pudieran haber sido diagnosticadas. De ésta forma, se adquieren técnicas y pautas que les ayuden en su día a día, actuando de una manera efectiva y aprendiendo sobre qué deben hacer para controlar las situaciones.

La psicoeducación, es un complemento terapéutico esencial para el entendimiento y aceptación del trastorno, por parte del entorno familiar y escolar hacia el afectado. Con éste razonado reconocimiento, se contribuye positivamente en la intervención multimodal, además de reportar satisfacciones personales, familiares y sociales entre otras.

Los profesionales especializados que intervienen en éstas terapias, van concienciando y formando a los familiares u otras personas implicadas, en el manejo y control de situaciones cotidianas o eventuales con afectados de TDAH, así como en técnicas de resolución de conflictos, autocontrol .....

Las asociaciones de TDAH aportan una excelente e importante formación en materia de psicoeducación. Nutriendo a las personas que acuden a éstas, de información actualizada sobre el trastorno, formación a la familia del afectado y su entorno más inmediato, además de ofrecer otros recursos muy necesarios en el avance terapéutico.



Tratamiento Farmacológico
El tratamiento farmacológico, debe ser acompañado de un abordaje psicológico y/o psicopedagógico, para lograr un mayor efectividad en el progreso del afectado.

Los fármacos no sustituyen la terapias profesionales y por tanto son en caso necesario, un complemento que debe ser prescrito por un médico autorizado que a su vez estará coordinado con otros profesionales, formando un equipo de trabajo multimodal.

Actualmente existen diversos fármacos para el TDAH y será el profesional médico, quién indicará el más adecuado para cada caso concreto. Estos medicamentos, tienen la finalidad de regular los neurotransmisores afectados, ayudando a mejorar la atención y avanzar en el proceso de entrenamiento cognitivo y modificación de conductas.

Sin embargo, los expertos  indican que el tratamiento más eficaz para el TDAH es la intervención multimodal, es decir,  la combinación de tratamiento  farmacológico, intervención psicológica, intervención familiar e intervención  escolar. El uso de la medicación es por tanto un pilar más del tratamiento para el TDAH.

Existen varios tipos de mediaciones disponibles en la actualidad que ayudan a los niños/as con TDAH. Se trata principalmente de los medicamentos estimulantes como el Metilfenidato (en otros países, existen otros medicamentos como Pemolide y la Dextroanfetamina) y los no estimulantes, como la Atomoxetina y el grupo de los antidepresivos tricíclicos. Los fármacos estimulantes aumentan los niveles de dopamina en el cerebro y la Atomoxetina aumenta  los niveles de noradrenalina.

Es necesario conocer  que la medicación es segura y que los efectos secundarios son pocos y no son graves.

Dichos fármacos son prescritos de acuerdo con el criterio del médico y con la aprobación de los padres y de acuerdo a las circunstancias y características de  cada caso, realizando  siempre un estudio médico previo a la administración de los fármacos.

Es importante destacar que son muchos los niños que se benefician de estos tratamientos farmacológicos y que es necesario en un 80% de los casos, pero siempre  combinados con otras intervenciones tanto psico-educativas como socio-familiares, para mejorar la autonomía del niño, su déficit de atención, hiperactividad e impulsividad.



Acerca de los Fármacos

Tipos de Fármacos, eficacia y su supervisión

Fármacos psicoestimulantes
Los medicamentos estimulantes están entre los psicofármacos más seguros y eficaces que tenemos disponibles y con una larga historia de uso en población infantil.

Dentro de los fármacos estimulantes, el Metilfenidato (MPH) es el tratamiento farmacológico de elección para el TDAH (Castells et al., 2004). El metilfenidato es un estimulante que mejora tanto la hiperactividad como la inatención en niños con TDAH. Más de 60 años de experiencia con esta medicación, y más de 150 estudios en diversos países confirman que es  eficaz y segura en el tratamiento del trastorno por hiperactividad.

Fármacos no estimulantes
La Atomoxetina es  el medicamento no derivado anfetamínico de primera elección en pacientes con TDAH en España.  Su efecto positivo  dura todo el día y puede administrarse en una sola toma por la mañana. Entre los beneficios que presenta frente a los tratamientos psicoestimulantes es que no tiene potencial de abuso, puede mejorar la ansiedad y no empeora los tics, así como que su efecto se mantiene constante entre las tomas,, lo cual no supone un descenso del principio al olvido de una toma como en el caso de los estimulantes.

A pesar de ser la Atomoxetina  un medicamento reciente, está muy bien estudiado, y lleva varios años siendo utilizado en muchos países (EE.UU., Gran Bretaña, Alemania, Canadá, Australia?).

Eficacia del uso de fármacos para el TDAH
El Metilfenidato y la Atomoxetina son los fármacos recomendados en la actualidad para tratar el TDAH en niños y adolescentes por su eficacia y seguridad a las dosis recomendadas (NICE, 2009).

El "Estudio de Tratamiento Multimodal de niños/as con TDAH" (MTA) publicado por el instituto Nacional de Salud mental de EE.UU, mostró que un tratamiento farmacológico adecuado y estandarizado reduce de una forma significativamente mayor la sintomatología nuclear, que un tratamiento psicoterapéutico o la intervención psicosocial. Sin embargo, la combinación de una terapia farmacológica y de intervención psicológica, obtuvo mejores resultados que aquellos niños que sólo fueron tratados con farmacoterapia. Los resultados positivos no sólo se reflejaron en una mejora de la sintomatología sino que también se obtuvo una mejoría significativa en aspectos  relacionados como el trastorno como mejora de la autoestima, la conducta social,  los trastornos asociados (ansiedad, oposicionista desafiante, comportamiento?) y el rendimiento académico (Soutullo y Díez, 2007).  Por tanto, el uso combinado de fármacos y terapia se muestra como la alternativa terapéutica más eficaz para le TDAH.

Supervisión y seguimiento del tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico debe iniciarlo y continuar su seguimiento un médico adecuadamente cualificado y experto en el tratamiento del TDAH y sus comorbilidades más frecuentes.

El pediatra y el médico encargado de la medicación deben llevar seguimientos y revisiones periódicas de talla, efectos de la medicación y evaluación del funcionamiento global del niño.

Aunque el metilfenidato suele tolerarse bien, al ser un fármaco estimulante, a veces puede producir algunos efectos secundarios comunes como la disminución del apetito o del sueño, fácilmente reversibles reajustando las dosis. En el caso de la falta de apetito o la alteración en los ritmos de las comidas, especialmente cuando nos encontramos con el caso de que el niño o niña presenta tallas mínimas o por debajo de los índices de normalidad, es necesario revisar el tipo y la dosis de medicación y aplicar medidas específicas como un estudio del estilo de alimentación, uso de complementos vitamínicos, adaptaciones nutricionales, etc.

Supervisión del tratamiento farmacológico en el colegio

Si un alumno está medicado y los profesores del niño/a lo conocen, éstos pueden colaborar observando y registrando si aparecen mejoras o no en el rendimiento académico, en el comportamiento y en las relaciones con sus compañeros. Su información puede ser de gran utilidad para los padres y médico que trata este/a alumno/a a la hora de valorar la efectividad del tratamiento farmacológico o bien la necesidad de ajustar la dosis.

También, desde el centro escolar pueden colaborar en la observación de posibles efectos secundarios tales como, irritabilidad, dolor de cabeza, náuseas, disminución del apetito, etc., y trasladar la información a los padres.

Es importante que cuando el alumno muestre resultados positivos tras la administración del fármaco, el profesor refuerce su buena conducta o buen rendimiento y no lo atribuya al fármaco; como lo haría con frases tipo "se nota que hoy te has acordado de  tomar la pastilla" o "que bien trabajas cuando tomas la pastilla".

 A veces los niños salen adelante sin medicación, pero quizás tienen demasiados apoyos que les hacen perder autonomía. Esto  puede generar estrés en la familia; ya que los esfuerzos a lo que se ven sometidos son  demasiados. Además, en el colegio se corre el riesgo de que los demás  niños les etiqueten como el "niño diferente".



Fuente :
fundacioncadah..org


Evolución del TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, es un trastorno neurobiológico sistemáticamente evolutivo, con una cronicidad que puede disminuir en función de un correcto diagnóstico y un adecuado tratamiento terapéutico, sin embargo; persiste en menor o mayor grado durante toda la vida.

Las etapas de la vida en una persona con TDAH, demuestran la gravedad del mismo y el continuo deterioro cognitivo - conductual que están sometidos los afectados, de no estar correctamente diagnósticados y tratados.


En la edad pre-escolar entre los 3 y 5 años, generalmente se definen como trastornos del comportamiento, y es entonces donde se originan las primeras advertencias escolares las cuales no se les suele dar demasiada importancia aduciendo al comportamiento propio de la edad.

La edad escolar entre los 5 y 12 años, es una edad de grandes cambios en particular respecto de la actividad propia académica, pues la mayoría de los sistemas escolares exigen al niño con TDAH, precisamente lo que más dificultad tienen ;
  • Que se sienten y estén quietos
  • Que presten atención y se concentren
Los síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad se hacen mucho más evidentes. Es importante considerar que estamos ante una edad especial, ya que el TDAH se convierte en una catástrofe existencial para el niño y que éste trastorno, le ocasiona problemas en todos los niveles ( escuela, hogar, amistades ..... ). Además, empiezan a tener problemas de autoestima, baja tolerancia a la frustración, irritabilidad, desafío a las normas etc.....

Generalmente estos niños no suelen tener problemas iniciales para socializarse, sin embargo les cuesta mantener las amistades, como consecuencia de sus excesivas impulsividades y carácter temperamental. Los niños con TDAH son muy característicos en éstas edades por su inmadurez, lo que les convierten en personas muy imaginativas o fantasiosas y que no corresponde con la edad madurativa de sus iguales.

La desobediencia es un factor muy común en estos niños, que tienen grandes problemas con la disciplina ya que "olvidan" las reglas de conducta, las confunden o las ignoran. Aceptan mal las indicaciones, les molesta seguir las directrices, rechazan las órdenes y no quieren reconocerlas, la mayoría son muy negativitas además de mentir con frecuencia.

Éste periodo, no solo constituye la época de la vida donde el TDAH ocasiona más problemas, si n que es en particular, el momento en el que con mayor facilidad se puede tratar y ayudar a los pequeños. Es por tanto, la "Edad de Oro" donde puede alterarse favorable o desfavorablemente el futuro del niño/a.

La adolescencia es importante periodo comprendido entre los 12 y los 19 años, y abarca desde la escuela secundaria hasta el inicio de la Universidad. En éste periodo de edad, hay una disminución de la hiperactividad manifiesta, sin embargo hay una persistencia de la impulsividad e inatención.

Las dificultades con las relaciones personales van en aumento, al igual que la baja autoestima. Los problemas conductuales derivados de la impulsividad generan conflictos en distintos ámbitos, llegando a tener conflictos con los adultos. Además en algunos casos, empiezan con problemas de tabaquismo, legales u otros .....

Generalmente todos los adolescentes sienten un cambio interno, que les conducen a la "rebeldía" y la importancia en buscar "independencia" en sus vidas. Esta revolución hormonal en personas con TDAH puede convertirse en graves problemas de no recibir un adecuado tratamiento.

En la etapa adulta, los síntomas característicos del TDAH como la inatención, la impulsividad e hiperactividad también están presentes en estas personas, aunque se manifiestan de forma distinta que en el niño con TDAH. Durante la infancia, los síntomas de la hiperactividad son evidentes porque "hacen ruido", es decir que son notables, sin embargo otros síntomas como la inatención no son muy tenidos en cuenta como parte del trastorno.

La hiperactividad física suele haber desaparecido en el adulto, de hecho se vuelve poco evidente en la adolescencia siendo factible que se manifieste de otras formas, por ejemplo la verborrea entre otros. Además de los síntomas y características conocidas, lo hacen todo deprisa, gritan constantemente y a la menor provocación, lo que hace difícil la convivencia con ellos pues pocas veces son conscientes que gritar es una forma de agresión hacia las demás personas.

Son propensos a accidentes automovilísticos por sus actos impulsivos e irracionales. La inatención e impulsividad, les hacen tener más problemas laborales que otras personas. Las relaciones personales y la convivencia con adultos de TDAH sin un diagnóstico correcto y tratamiento adecuado, tienden a ser muy complicadas además de conflictivas. Esto suele ser la mayor causa de divorcios o separaciones matrimoniales, de pareja, de amistades o familiares, entre otros problemas sociales que pueden llegar a ser muy graves.

Aspectos positivos

Conclusiones y aspectos positivos
Realizar un correcto diagnóstico a tiempo e instaurar un adecuado tratamiento multimodal, disminuye los riesgos de agravar la sintomatología en las personas con TDAH desde edades tempranas.

Las etapas del trastorno descritas anteriormente, son una descripción de circunstancias que generalmente suceden cuando las personas afectadas no reciben la debida ayuda de profesionales especializados.

Adecuadamente reconducidos, las personas con TDAH tienen un gran potencial personal y profesional que no se puede cuestionar. Prueba de ello es, que muchos famosos y personas anónimas han demostrado y siguen demostrando sus grandes capacidades y virtudes.

Algunos aspectos positivos en personas con TDAH :
  • Son ambiciosos, quieren ser "todo cuando sean mayores".
  • Son buenos para hablar en público.
  • Son buenos en las relaciones públicas.
  • Son capaces de ver un orden en el caos.
  • Son buenos resumiendo y sintetizando.
  • Son buenos ante los cambios.
  • Son grandes generadores de ideas.
  • Son compasivos consigo mismos y con los demás.
  • Son hábiles para solucionar problemas.
  • Siempre están dispuestos a probar y aprender cosas nuevas.
  • Siempre están dispuestos a hacer nuevos amigos.
  • Siempre están dispuestos a ayudar.
  • Siempre tienen una gran decisión.
  • Siempre buscan caminos alternativos hacia un fin.
  • Se preocupan mucho por su familia.
  • Tienen buena reacción en situaciones de emergencia.
  • Tienen buena capacidad para enfrentarse a situaciones difíciles.
  • Tienen la habilidad de encontrar caminos para superar obstáculos.
  • Tienen soluciones ocurrentes para resolver problemas.
  • Tienen gran sentido del humor.
  • Tienen una gran memoria visual.
  • Tienen un buen procesamiento en información por imágenes.
  • Tienen una personalidad atractiva.
  • Pueden hablar de muchas cosas al mismo tiempo.
  • Pueden hacer que la gente se sienta escuchada.
  • Pueden llevar a cabo muchos proyectos al mismo tiempo.
  • Miran las situaciones desde todos los ángulos.
  • Necesitan dormir menos que los demás.
  • Evolucionan constantemente.
  • Perdonan fácilmente.

Además:
Son ambiciosos, apasionados, aventureros, cálidos, colaboradores, compasivos, creativos, curiosos, divertidos, empáticos, espontáneos, extrovertidos, flexibles, graciosos, honestos, imaginativos, ingeniosos, inteligentes, intuitivos, inventivos, leales, optimistas, persistentes, pragmáticos, resistentes, tenaces, tolerantes, trabajadores, sinceros, valientes, versátiles, visionarios, y sobre todo:


 "SIEMPRE ESTÁN LLENOS DE ENERGÍA"


Fuente:
fundacioncadah.org

Mitos y Falsedades del TDAH

Si hay una patología de la salud mental que soporta un gran número de prejuicios, esa es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Por ello, es necesario aclarar y desmentir falsas creencias o mitos que sólo sirven parainjustamenteestigmatizar  aún más, tanto a quienes padecen éste trastorno como a sus familias.
EL TDAH NO EXISTE, ES UNA INVENCIÓN QUE ESTÁ DE MODA
La existencia de un desorden neurobiológico no es algo que pueda ser decidido por la opinión pública, a través de meras suposiciones, opiniones personales  o debates deliberados sin evidencias contrastadas que los respalden , sino que es objeto de investigación científica. Distintos estudios a lo largo de un siglo, han identificado a un grupo de individuos que tienen problemas de concentración, control de impulsos y, en algunos casos, hiperactividad.

La primera descripción de un cuadro que hoy diagnosticaríamos como un TDAH fue realizada por Sir Alexander Chrichton en 1798.
Este autor ya insistía en la falta de constancia e incapacidad para atender de los niños y niñas que lo padecían. El “padre” del TDAH, el pediatra británico Sir George Frederic Still (1868–1941) fue el primero en señalar la proporción 3:1 (hombres: mujeres) que seguimos observando hoy en día, a pesar de los cambios sociales y culturales acaecidos.
En 1932, Hans Pollnow (1902–1943) y Franz Kramer (1878–1967) realizaron descripciones de niños “hiperquinéticos” similares a las de la actualidad (Lange et al., 2010). Por ejemplo, señalaban sus dificultades en actividades que requieren de un esfuerzo sostenido, lo que limitaba su rendimiento académico y el potencial de su inteligencia real.
Pero también objetivaban que estos niños podían concentrarse en ocasiones en algunas actividades de su interés. Es por ello que los menores con TDAH pueden y a modo de ejemplo real; pasarse horas jugando a la Play.

 En 1998 la American Medical Association describió el TDAH como "uno de los trastornos mejor estudiados en medicina, en el que los datos globales sobre su validez superan a los de muchas enfermedades".

A su vez, la Organización Mundial de la Salud, en su documento "Caring for children and adolescents with mental disorders" (2003) lo identifica como un trastorno poco conocido y con importantes repercusiones económicas en el cuidado de la salud infantil, negado hasta fechas recientes debido a que no se reconocía la existencia de una vida mental propia en la infancia.
Por otra parte, no existe ninguna prueba objetiva que invalide su diagnóstico o demuestre su inexistencia.

Por consiguiente, hay razones históricas que justifican que al TDAH no se le haya dado relevancia hasta hace relativamente poco tiempo.
Si uno piensa en cuales eran las condiciones de vida a finales del siglo XIX o principios del XX, es razonable pensar que el hecho de que hubiera algunos chavales algo más inquietos no captara la atención de los “padres” de lo que hoy llamamos Psiquiatría. Estaban, efectivamente, ocupados en explicar desórdenes de salud mental de mayor gravedad que el TDAH, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.

Por lo tanto, el TDAH no es una enfermedad creada. Ni siquiera se trata de un proceso de medicalización.

EL TDAH ES CULPA DE LOS PADRES Y LA MALA EDUCACIÓN QUE SE LES PROPORCIONA A ESTOS NIÑOS
El niño con TDAH no se porta mal a propósito; su conducta responde a causas neurobiológicas ajenas a él, y no tiene conexión con la relación o características afectivas de la familia. Si estas son negativas lo agravarán, pero no son causa suficiente para producirlo.
Por tanto, la aplicación de castigos sin ningún otro tipo de técnica o tratamiento, empeora el comportamiento de los niños con TDAH en lugar de mejorarlo.
Los menores con TDAH no se hacen, nacen: el TDAH se hereda.

Es por ello, que el TDAH no es culpa de los padres, y el trastorno no "aparece" por una mala educación, por falta de comunicación padres-hijos, por falta de afectividad, desacuerdos entre los padres, por separación o divorcio, por estar viudos o solteros, por el nacimiento de un hermano menor, porque la madre o el padre se ponga a trabajar, porque el padre o la madre trabajen mucho y pasen poco tiempo en casa, por cambiarle de colegio, por cambiar mucho de casa, por tener niñera, porque le cuiden los abuelos... aunque todos estos factores pueden agravar la situación cuando sí existe el trastorno de base.

A largo plazo, y si no se trata correctamente, reduce seriamente el rendimiento académico del niño y desemboca en fracaso escolar, generando abandono de los estudios o repetición del curso. Si pasan curso no dominan la materia anterior y la base de conocimientos del niño se hace cada vez más endeble. Además afecta el desarrollo social y emocional del niño.

Debido a los múltiples problemas en las relaciones con los compañeros por su impulsividad, los niños con TDAH tienden a tener pocos amigos, poco duraderos, y las relaciones son menos estrechas. Por los fracasos repetidos en el colegio, las discusiones con los amigos y con los padres por malas notas y mal comportamiento, son frecuentes los síntomas depresivos e incluso la depresión en los niños con TDAH.
Los niños con TDAH no tratado desarrollan con frecuencia comportamientos negativistas: desobediencias progresivas, desafío a la autoridad y poco a poco problemas de conducta mayores, e incluso abuso de alcohol y drogas (especialmente porros).

Los niños con TDAH que no reciben tratamiento correcto suelen alcanzar trabajos o profesiones por debajo de su capacidad. También son más susceptibles de tener otros problemas si no se les trata adecuada y tempranamente, como mayor tasa de embarazos en edades tempranas, mayor tasa de abuso de sustancias, menor tasa de retención de un trabajo, y menor progresión laboral.

Los padres no deben aceptar nunca que nadie les culpe del trastorno de su hijo, como tampoco se deben culpar si su hijo tiene diabetes o epilepsia.

LOS MEDICAMENTOS PARA EL TDAH SON UNA DROGA Y FRENAN EL CRECIMIENTO EN ALTURA DEL NIÑO
Este tema suele preocupar mucho a los padres y es importante que se entienda bien. Es un falso mito que el metilfenidato produzca adicción. Aunque químicamente el metilfenidato es similar a la anfetamina, a dosis normales en TDAH y por vía oral no produce efecto euforizante. El metilfenidato, al tratar el TDAH, de hecho reduce el riesgo de que el niño en el futuro abuse de drogas, porque disminuye su a impulsividad. Sin embargo, dosis altas de metilfenidato podrían causar efecto euforizante. Por ello, si se usa en chicos con problemas de abuso de drogas o alcohol, debe hacerse con control cercano.

Los padres deben guardar bajo llave la medicación y darles sólo una pastilla cada vez para evitar que tomen más de lo recetado. Esto limita el uso del metilfenidato en adolescentes con problemas de abuso de alcohol o drogas o con trastorno de conducta, pero no es el metilfenidato lo que produce éste abuso de drogas, sino el TDAH.

La forma OROS®-Metilfenidato al ser una cápsula de liberación prolongada, tiene menor riesgo de abuso.
La atomoxetina tampoco produce ningún efecto euforizante ni tiene riesgo de adicción.

El efecto de los estimulantes sobre el crecimiento ha sido una preocupación de padres y médicos durante años y ha sido muy estudiado. Algunos estudios han mostrado una reducción de la ganancia esperada de altura en los primeros 3 años de tratamiento, aunque la significación clínica de estos datos es difícil de valorar. Otros estudios encontraron una menor talla de los niños con TDAH tratados con estimulantes a los 18 años, pero no encontraron diferencias más tarde, porque los adolescentes con TDAH completaron su desarrollo un poco más tarde, y alcanzaron tallas similares a los controles.

En estudios donde se interrumpía el metilfenidato los fines de semana y en vacaciones no se observó ninguna ventaja en el crecimiento, por lo que no se recomienda parar el tratamiento los fines de semana ni en vacaciones. La talla y el peso deben monitorizarse de cerca, y en aquellos niños que pierden peso o no ganan peso adecuadamente se pueden usar suplementos energéticos y calóricos.

La atomoxetina tampoco reduce el crecimiento en altura.

EL TDAH SE CURA CON EL PASO DEL TIEMPO

El TDAH no es una enfermedad de la que uno tenga que curarse. Es un trastorno que condiciona la vida del niño y del adolescente, y lo que hay es que aprender a convivir con ello, a atenuar los síntomas para que no  condicionen la vida del niño con una repercusión negativa.
Es cierto que algunos síntomas de hiperactividad disminuyen con la edad, transformándose en movimientos más finos (mover el pie, dar golpecitos). Sin embargo, la inatención y especialmente la impulsividad permanecen en adolescentes y adultos. Las estimaciones de los padres y personas que viven con el paciente son más precisas que las del paciente, que a veces minimiza sus síntomas.

Aunque algunos ya no cumplen criterios completos de TDAH, siguen teniendo síntomas que les afectan, por lo que cada vez más se considera al TDAH como un problema crónico que requiere manejo a largo plazo.

Pero no hay que curarse porque no es una enfermedad. Hay que superarlo y convivir con el trastorno de la mejor manera posible.

LOS CENTROS ESCOLARES Y LOS PROFESORES AFIRMAN QUE EL TDAH NO EXISTE
Los profesores no tienen suficiente información acerca del niño para
diagnosticar un TDAH. Por ello, cuando un profesor nota que en clase hay un alumno al que le cuesta concentrarse y prestar atención, es su responsabilidad hablar con los padres para que busquen un diagnóstico apropiado con un profesional.

Un diagnóstico correcto y temprano es el primer paso para un buen manejo del TDAH y para prevenir sus complicaciones.

Generalmente son los padres, profesores, psicólogos escolares, pedagogos, o pediatras los que primero sospechan un posible TDAH en un niño que tiene síntomas o problemas.
Un pediatra con experiencia y formación puede hacer un diagnóstico inicial e incluso iniciar un tratamiento.

Generalmente es un especialista en TDAH (psiquiatra del niño y del adolescente, neuropediatra, psiquiatra, o psicólogo clínico) el que hará un diagnóstico definitivo. Una vez realizado el diagnóstico, el médico y su equipo diseña un plan de tratamiento que puede incluir la participación de un psicólogo clínico, pedagogo, profesor de apoyo, y otros profesionales para realizar parte del tratamiento.

Siempre que se sospecha un TDAH debe existir una evaluación por un médico experto en el diagnóstico y tratamiento de niños con este problema. El psiquiatra infantil y adolescente es un médico que puede ayudar a los padres y al niño. Debe verse como un experto en el TDAH al que los padres consultan para poder tomar mejor las decisiones médicas que afecten al niño. Lo mejor es buscar un psiquiatra con el que los padres se sientan cómodos.

Primero porque tenga una calidad técnica reconocida, y luego porque sea capaz de hacerse entender y de ser cercano a las necesidades de los padres. Si el psiquiatra no escucha a los padres o les hace sentir culpables por los problemas del niño les recomiendo que busque a otro más adecuado.

Fuentes y Referencias:
funfacioncadah.org
Dr. Cesar Soutullo, Director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Clínica Universitaria de Navarra.
feaadah.org
tdahytu.es


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